En Colombia ya existen normas para el aprovechamiento de los residuos sólidos, pero faltan otras que permitan, obligar a la reducción del consumo de materias primas, por ejemplo.

Y, además, otras para avanzar en la prohibición de del uso de bienes no aprovechables, tal como se ha avanzado en el costo a las bolsas plásticas.

Pero lo más urgente, según la Presidente Ejecutiva de Acodal, Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, Maryluz Mejía de Pumarejo “es pasar de la normativa a la gestión y para ello hacen falta medidas e instituciones que con incentivos positivos, así como con mecanismos coercitivos promuevan ese propósito”.

Pese a que el gobierno colombiano ha venido haciendo esfuerzos importantes para reducir considerablemente el manejo inadecuado de los residuos sólidos, los porcentajes de desaprovechamiento de estos siguen siendo elevado, teniendo en cuenta, además, que ya se generan por lo menos unos 12 millones de toneladas al año y hacia 2030 ese número pudiera ser de 18 millones.

“El hecho de que los datos oficiales nos indiquen que, por ejemplo, el 70% de los materiales de demolición vayan a parar a los rellenos sanitarios, retardando ostensiblemente los procesos de descomposición, significa que es ardua la tarea que tiene en frente el País, para mejorar los indicadores”, señaló

La dirigente recordó las concusiones de un reciente diagnóstico de Planeación Nacional: “si se continúa con la misma dinámica de generación de residuos, sin adecuadas medidas para mejorar su aprovechamiento o tratamiento y con patrones de producción y consumo insostenibles, en el año 2030 tendremos emergencias sanitarias en la mayoría de ciudades del país y una alta generación de emisiones de Gases Efecto Invernadero (las basuras producen metano, uno de los gases que más rápido produce el efecto de calentamiento global)”.

Se agota vida útil

Además, la presidente de Acodal advierte, que en muchos de los municipios los rellenos sanitarios están llegando al período de vida útil para el cual fueron diseñados.

“Según análisis del DNP, en cinco años 321 Municipios se verán abocados a la situación crítica de no disponer de suelo necesario para los residuos generados. Más del 60% de los rellenos sanitarios tienen una capacidad menor a 10 años. En consecuencia, se requiere implementar alternativas que permitan ampliar ese período de vida útil”, explicó.

“Se hace necesario perseguir un modelo de mayor eficiencia, en el que el valor de los materiales durante todo el ciclo de vida pueda ser incorporado sistemáticamente, para convertirlos en generadores de valor y al mismo tiempo proteger el ambiente. Se puede afirmar que 80% de los residuos sólidos son reutilizables”, sostuvo la ingeniera Mejía de Pumarejo.

La dirigente indicó también que los residuos de construcción y demolición, que retardan los procesos de descomposición de los orgánicos, aportan 70% de los que llegan a estas infraestructuras.

“Según el Decreto 472 de 2017 deben aprovecharse en un 20% por el generador y por agentes que actúan como industriales que los transforman para múltiples usos, entre ellos, obras civiles necesarias en el espacio público de las ciudades”, planteó.

Y concluyó que “en la economía circular contempla mecanismos de creación de valor en el cual los recursos se regeneran, se restauran o se recuperan. En la perspectiva micro, es necesario que el costo de los materiales reciclados y de los procesos de alistamiento y transformación tengan precios inferiores a la compra de materias primas extraídas de recursos naturales. Y en la macro, hay que incorporar análisis que muestren el costo del gasto de energía, por ejemplo, producir una tonelada de papel significa consumir 85 M3 de agua, 8300 kwh o 15 árboles”.

ELECONOMISTAAMÉRICA.COM | COLOMBIA – 6:15 – 26/09/2017