El Convenio de Basilea, vigente desde 1992 y con 187 miembros, establece controles sobre el traslado de residuos con el fin de proteger la salud humana y el medio ambiente. En 2019 celebraron la 14a reunión de la Conferencia de las Partes (COP), en la que acordaron cambios relacionados con el control de los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos y su eliminación que rigen los traslados de desechos a nivel internacional, los que entraron en vigor en este mes de enero de 2021, pudiendo dar lugar a una nueva disminución del comercio mundial de desechos plásticos. En resumen, adoptaron enmiendas a los Anexos II, VIII y IX del Convenio de Basilea, impactando el movimiento transfronterizo de Residuos plásticos.
Las categorizaciones de residuos de la Decisión de la OCDE están armonizadas con las listas de residuos de los anexos del Convenio de Basilea, y normalmente las enmiendas a los Anexos del Convenio de Basilea se incorporan automáticamente a los Apéndices de la Decisión de la OCDE, a menos que un país Miembro de OCDE haga una objeción; el 3 de julio de 2019 la Secretaría de OCDE recibió una objeción a la incorporación automática en la Decisión de la OCDE de las enmiendas al Convenio de Basilea adoptadas el 10 de mayo de 2019, acompañada de una propuesta alternativa.
En septiembre de 2020 los miembros de OCDE acordaron actualizar las reglas sobre la exportación de residuos plásticos peligrosos para reciclaje de acuerdo con los cambios internacionales, de modo que se requerirá el consentimiento previo de los países de destino antes del envío. En cuanto a la actualización de las disposiciones sobre la exportación de residuos plásticos no peligrosos, no llegaron a un consenso; acordaron revisar la situación de los residuos plásticos no peligrosos en 2024, es decir que los países de OCDE conservarán el derecho a definir los requisitos para dichos envíos de acuerdo con la legislación nacional y el derecho internacional.
Este resultado significa que, si bien todos los países de la OCDE deberán obtener el permiso de los países de destino antes de enviar residuos plásticos peligrosos, no habrá controles específicos de esta organización sobre el transporte de residuos plásticos no peligrosos entre los países miembros. En cambio, los países de la OCDE conservarán el derecho a definir los requisitos para dichos envíos de acuerdo con la legislación nacional y el derecho internacional.
Si bien cada país puede decidir qué controles aplicar a los envíos de residuos plásticos no peligrosos, se han comprometido a informar a la Secretaría de OCDE de sus decisiones y la lista de controles aplicados se pondrá a disposición del público para garantizar la transparencia. Los desechos plásticos no peligrosos incluyen tanto los desechos puros de un solo polímero, donde el reciclaje deja pocos residuos, como los desechos plásticos mixtos, en los que el reciclaje deja subproductos que deben eliminarse adecuadamente.
Las normas de OCDE establecen a sus miembros como comerciar con desechos para su reciclado de una manera ambientalmente racional y económicamente eficiente. El permitir que los residuos sean tratados en países con una ventaja de costos en la clasificación o el reciclaje puede ayudar a impulsar las tasas de reciclaje globales y fortalecer los mercados de plásticos secundarios.
Las normas de OCDE también proporcionan un marco para el comercio de desechos desde o hacia cualquier miembro de la OCDE que no sea parte en el Convenio de Basilea, como Estados Unidos.
Aproximadamente el 2% de los cerca de 360 millones de toneladas de residuos plásticos producidos a nivel mundial cada año se exporta para su tratamiento según los datos de la ONU. Los volúmenes totales de residuos plásticos comercializados se desplomaron en 2018 después de que China introdujera restricciones a la importación, pero los envíos aumentaron a destinos alternativos que no siempre están bien equipados para gestionar los subproductos del reciclaje de plásticos.
La búsqueda de nuevos mercados de reciclado dio lugar a un aumento de las corrientes de desechos plásticos hacia Tailandia, Malasia, Vietnam, India y Turquía, este último miembro de OCDE. Otros importantes importadores de residuos plásticos de OCDE para su reciclado son Estados Unidos, Corea, Canadá y los países de la Unión Europea.
La actualización de las normas de OCDE significa que los desechos plásticos peligrosos seguirán sujetos al procedimiento de control «ámbar» de la OCDE, en virtud del cual el envío depende de un procedimiento de consentimiento previo, pero en el caso de los desechos plásticos no peligrosos, cada país de la OCDE conserva su derecho a controlar los residuos en cuestión, de conformidad con el derecho interno e internacional. La situación de los desechos plásticos no peligrosos se examinará en 2024 y la OCDE prestará todo el apoyo necesario a sus miembros con la esperanza de que sea posible llegar a un acuerdo.