Enka reutiliza el 25 por ciento de las botellas plásticas del país
La compañía cuenta con 600 puntos de reciclaje en el país y 10.000 recicladores asociados de 26 departamentos de Colombia.
“En las tres fábricas que tenemos dentro del complejo, que funcionan las 24 horas del día, los siete días de la semana, producimos envases de plásticos nuevos y fibras textiles, todo con botellas recicladas. Además elaboramos lonas para llantas con nailon 6”, cuenta Álvaro Hincapié, presidente de Enka de Colombia. Todos los envases nuevos son vendidos en su totalidad a las principales empresas embotelladoras del país; los hilos industriales de nailon 6, con los que sea crean lonas para llantas de maquinaria pesada, terminan exportados, principalmente en el continente americano, en donde la compañía tiene el 60 por ciento de participación.
Las fibras y los filamentos textiles se exportan en su totalidad a ocho países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Brasil y Argentina, en donde las compañías que adquieren el material reciclado crean con este prendas deportivas, ropa interior y exterior, entre otros productos.
Una gran red de reciclaje
Al megacomplejo llegan a diario decenas de camiones con las botellas recicladas de 26 departamentos de Colombia, en donde opera Eko Red, una filial de la compañía en la que trabajan 10.000 recicladores, los encargados de rescatar las botellas plásticas que son desechadas. “Los recicladores tenemos una ruta en cada ciudad en la que recogemos diferentes materiales; luego los llevamos a una ECA (estación de clasificación y aprovechamiento), que son las bodegas donde hacemos la separación. Las botellas plásticas las apartamos, así como hacemos con cada uno de los materiales, pero estas se las vendemos a Eko Red”, cuenta Patricia, una de las recicladoras que trabajan con la filial desde el 2013, cuando fue creada.
Ella sabe el valor que tiene cada residuo que puede ser reciclado y se desecha sin conciencia en los hogares y las empresas de Colombia, porque con ellos mantiene a su familia en el sur de Bogotá; por eso, durante su recorrido explica cómo se debe reciclar correctamente. “Cada persona puede separar en su casa la basura de lo que se puede reciclar y con esto ayuda no solo al medioambiente, sino a miles de familias que vivimos de esto y a las que nos lo pueden entregar. Lo único que hay que hacer es poner en una bolsa negra todos los residuos orgánicos y en una blanca, los residuos que se pueden aprovechar; y en una tercera bolsa, preferiblemente roja, los desechos que implican riesgo de contaminación”, añadió Patricia.
El año pasado, Enka les pagó a los recicladores 60.000 millones de pesos por todas las botellas de plástico que pudieron reciclar en el país. En total son 34.000 toneladas de estos envases que al año terminan reutilizados. “Tenemos unos 600 centros de reciclaje en todo el país, y desde allá trasladamos el material hasta nuestra planta en Girardota”, dijo Hincapié.
Tecnología de punta
El proceso para recuperar una sola botella PET dura cerca de 12 horas, desde que ingresa a las enormes maquinas de producción. Pero, para dar con las maquinas indicadas, Enka tuvo que adquirir tecnología de punta y recorrer varios países del mundo en Europa y Asía, pioneros en la reutilización integral. “En el 2014 montamos la planta en donde cogemos las botellas y las convertimos en materia prima para hacer de nuevo otras botellas. Pero la tarea a la que nos dimos cuando decidimos incursionar en el mercado del PET era tener una resina reciclada que fuera equivalente a la resina virgen. Ese fue el gran reto”, confesó Hincapié. Ese desafío fue superado y hoy, los clientes de Enka consideran que la resina reciclada que ellos producen tienen las mismas propiedades que la resina virgen, e incluso están homologados por varios de esos compradores para que las botellas que se les elaboran sean ciento por ciento de resina reciclada.
Hasta hace apenas dos meses, lo único que no reciclaba Enka eran las etiquetas y las tapas de las botellas, pero, gracias a la llegada de una nueva máquina, ahora se aprovecha al ciento por ciento cada uno de los materiales de los envases. “Así logramos cerrar por completo el ciclo de la botella y ser una empresa de economía circular. Utilizamos tecnología de punta europea que es única en Colombia y que, para poderla implementar, hay que hacer un inversión cercana a los 40.000 millones de dólares”, concluyó Hincapié, quien hace 15 años está a cargo de la compañía, los mismos que lleva Enka liderando la producción de materia prima de fibras y filamentos para textiles, llantas y producción de botellas, pero sobre todo en sostenibilidad medioambiental.
Resurgieron por innovar
Enka no siempre fue una empresa de economía circular. Se conformó hace más de 50 años, tras la unión de Akzo Nobel, productores de fibras sintéticas, y Textileros de Colombia, que eran sus principales compradores. Fue una empresa próspera y en crecimiento desde 1964 hasta mediados de los años 90, cuando la incursión de los asiáticos en el mercado textil los llevó al borde la quiebra. “Los asiáticos llegaron con una macroproducción y a precios demasiado bajos. Nos tuvimos que acoger en ese momento a la Ley 550 (de quiebra). Ahí entendimos que si queríamos sobrevivir, teníamos que innovar por completo”, agregó Hincapié.
Dejar de pensar que el resurgimiento y el crecimiento de la empresa dependían de seguir haciendo lo que siempre habían hecho fue el primer paso que dio Enka para alcanzar el éxito y reconocimiento. “En el 2007 teníamos que ver cómo incursionábamos en otros procesos y en otros proyectos y, después de hacer varias reuniones de planeación estratégica, tomamos la decisión de fusionar el reciclaje, porque el sector netamente textil era muy difícil, pero había otros nichos de mercado por explorar”, dice Hincapié. Gracias a ese cambio, Enka se volvió a consolidar en el mercado textil y es reconocida por sus productos homogéneos y de alta calidad.
El aprovechamiento que hace Enka de 34.000 toneladas de botellas plásticas al año equivale a tener apagada por completo durante un día una ciudad del tamaño de Barranquilla. Sin duda, la empresa se adelantó a las exigencias que traen ahora el cambio climático y el calentamiento global. Para Álvaro Hincapié, su presidente, la idea de la compañía seguirá siendo liderar proyectos que involucren el reciclaje en Colombia, puesto que actualmente son la compañía más grande del sector y una de las más grandes de Suramérica, y para él, eso implica compromiso.
“Con la incursión reciente en el reciclaje de las tapas y las etiquetas de las botellas, que son polietileno, se nos abre un potencial enorme en otros mercados, porque el 55 por ciento del plástico que se consume en Colombia es de este material”, añadió Hincapié. Y agregó que seguirán creciendo en el reciclaje del PET con la creación de nuevas plantas en su megacomplejo.